Venía de regreso a mi casa, tome la misma ruta de siempre, pero hoy algo era distinto; durante mi camino se cruzó una mirada de tristeza, era un perrito de la calle, se notaba que no había comido nada en días, estaba acostado con la mirada vacía, en ese momento mi corazón se partió y me acerque con cuidado para no asustarlo y que saliera huyendo.
Me fui acercado poco a poco, le hable con una voz calmada, saque cuidadosamente un pedazo de pan que tenía en la bolsa y se lo dí a olfatear, de inmediato movió su cola con temor se acerco a mi mano para comer, mientras lo hacía lo acaricie y pude notar un cambio en su mirada, estaba contento y sabía que no lo iba a dañar, le di un poco de cariño a un ser indefenso que lucha día a día para evitar la perrera, que lo lastimen, buscar alimento y refugio del sol y la lluvia.
Pude ver en su mirada gratitud y amor, terminó de comer y yo tenía que seguir mi camino, me siguió durante cuadras iba con la cabeza agachada, como pidiendo disculpas, lo veía de reojo y el movía su cola, llegando a casa le di agua, tomo desesperado.
Deje que pasara a resguardarse del terrible calor, el se quedo profundamente dormido, en ese momento supe que ya no podría dejar que regresara a una vida de infierno en la calle, platique con mi familia y juntos tomamos la decisión de adoptarlo, lo primero que hicimos fue llevarlo al veterinario a que lo revisaran así mismo me puse en contacto con asociaciones de protección animal para que me aconsejaran sobre el proceso de adaptación y que la transición de ser de la calle a un perro de casa fuera lo más fácil para ambos.
Desde ese momento encontré a mi mejor amigo, uno que no le importa si tengo riquezas o no, si estoy triste me acompaña y me conforta, si estoy feliz comparte mi alegría y me da motivos para reír, atrás quedaron sus largos días y noches de soledad ahora disfruta de la compañía de su familia.
Como él, existen millones de pequeños que viven en situación de calle, algunos tienen la fortuna de ser rescatados por asociaciones protectoras de animales, refugios, voluntarios o rescatistas,sin embargo, muchos terminan sus días en soledad en la calle, mueren por accidentes vehiculares, envenenamiento o terminan en la perrera municipal sin conocer lo que es el amor y el calor de una familia.
Hoy 23 de Septiembre es el día internacional del perro adoptado y creo que es importante que comparta mi historia y experiencia en la adopción.
Tenemos que hacer conciencia que somos parte de la solución y que podemos mejorar la calidad de vida de seres inocentes que viven en situación de calle.
Aún no estás convencido, te dejo unas razones para adoptar...
♥ Estás salvando su vida y le estás evitando mucho sufrimiento
♥ Hay mascotas de adopción para todos los gustos y necesidades
♥ Te hace sentir bien el poder ayudar a un ser indefenso que te lo paga con un amor incondicional y lealtad
♥ La adopción es completamente gratuita
♥ Le das un final feliz y una segunda oportunidad a un ser que se lo merece
♥ Reduces la reproducción descontrolada de los canes
♥ Evitas que sufran maltrato animal en las calles
♥ Son excelentes compañeros y alegran tus días
Si estás pensando en adoptar te puedo recomendar que primero acudas a los centros de control municipal, la mayoría de estos tienen la opción de adopción y hay muchos pequeños en espera de un hogar, también ponte en contacto con las asociaciones de rescate o cuidado animal de tu localidad; los tramites y requisitos de adopción son pocos y es importante que antes de tomar esta decisión se este consciente de que es una responsabilidad y es por toda la vida del perro.
Si ya cuentas con un pequeño amigo peludo en casa y es adoptado te pueden servir los siguientes consejos:
- Muéstrate relajado y ofrécele un ambiente de calma, es normal que al principio se sienta nervioso, sobreexitado, agresivo o perdido pero es parte del proceso de adaptación hay que ser pacientes y amorosos en los primeros días y ofrecerles un lugar limpio, cómodo y adecuado para su descanso puede ayudar mucho durante el proceso.
- No lo satures con muchas órdenes, recuerda que no conocemos su historia de vida pero lo mas probable es que haya sido muy difícil por lo que no se le debe de castigar, regañar o exigirle que cumpla ordenes se necesita darles tiempo para que poco a poco vayan conociéndose y adaptando al nuevo hogar y sus normas.
- Darse el tiempo de que se conozcan mutuamente, cada perro es distinto y tiene una personalidad propia, hay que ver y reconocer sus manías, sus gustos y disgustos y sus emociones, así mismo el irá reconociendo los tuyos. Lo más importante es que te ganes su confianza.
Así que te invito a que te des la oportunidad de abrir tu corazón y le des un hogar a un peludito que lo necesita, estoy completamente segura que no te arrepentirás y encontraras a un nuevo mejor amigo.