No existe palabra para describir el inmenso amor y gratitud que te tengo, siento que la palabra gracias carece de significado y no es suficiente para expresar todo lo que mi corazón intenta decirte.
Desde mi primer día de vida a pesar de ser tan joven me esperaste con tanto amor y cariño, cuidaste cada pequeño detalle del embarazo buscando ante todo mi bienestar y seguridad.
Cuando nací me colmaste de amor dando lo mejor de tu ser, pasabas horas sin dormir y me alimentabas varias veces en la madrugada sin importar el cansancio te levantabas con cada leve sonido que producía y lo hacías con un amor y dedicación que es digna de admiración.
No dejaste de trabajar aún estando yo pequeña y era porque querías brindarme lo mejor y cada vez que lo recuerdas puedo ver lágrimas de amor en tus ojos y no paras de decirme que yo fui tu mejor motor para luchar y enfrentar las adversidades de la vida.
No te quejaste ningún momento cuando llegabas cansada y me encontrabas enferma, pasabas las noches en vela cuidándome y esperando a que mejorara, orabas para que recuperara la salud y cuando lo hacía me tomabas entre tus brazos dándome tus dulces besos.
Muchas veces hiciste tiempo para apoyarme a realizar las tareas de la escuela, enseñarme algo nuevo, acompañarme a hacer deporte e inclusive sacrificabas con amor tus fines de semana para que hiciéramos algo que a mi me gustara.
No solamente eres mi madre, sino a lo largo de los años te convertiste en mi mejor amiga y aliada, con paciencia me guiabas por el mejor camino, me dejaste tomar mis propias decisiones aún sabiendo que eran erróneas siempre me apoyaste en todo momento.
Hemos compartido risas, logros y aventuras mientras que en otros momentos te he encontrado siempre a mi lado para limpiar mis lágrimas y darme ánimos en mis derrotas, en ningún momento me has dejado sola.
Te agradezco infinitamente todos los sacrificios realizados, tus desvelos, tus lágrimas, tus palabras; sé que no es nada fácil ser madre pero déjame decirte que has hecho un gran trabajo ya que la mujer que soy ahora es el verdadero reflejo de tu persona.
Me enseñaste las mejores virtudes a ser amorosa y respetuosa, a no rendirme jamás, a luchar por lo que quiero, defender mis convicciones e ideas pero sobre todo me has dado el mejor tesoro que una hija puede desear, me has dejado ser yo misma, todo lo que soy y todo lo que tengo es gracias a ese gran amor que me has otorgado siempre.
Mamá no me alcanzaría la vida para regresar todo ese amor que me has dado, solamente espero tener la oportunidad de tenerte a mi lado por muchos años más ya que aún nuestro camino juntas no ha terminado.
Hoy con mi corazón en la mano solo me resta decirte te amo mamá.
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